“ En Valderrubio -en esa época aún se llamaba Asquerosa- los hermanos García poseían, en la calle Ancha, dos casas.
En esa misma calle vivía una viuda, Frasquita Alba, con sus cuatro hijas. Después de la muerte del padre, la madre las secuestró detrás de las persianas cerradas. No salían nunca, salvo para ir a la iglesia, ocultas bajo velos negros, y no podían respirar más que en el corral o en el patio, lugar muy chico, cuya puerta, apenas del ancho de un carrito, daba sobre una calle lateral.
La mayor de las hijas, nacida del primer matrimonio de Frasquita, era fea y rica. Atraído por su dote, Pepe de la Romilla, el muchacho más guapo de Asquerosa, la pidió en matrimonio y fue autorizado a hablarle de amores ante la reja de la ventana. Una vez este deber cumplido, se reunía, en las tinieblas de la noche, con la hermana más joven, Adela, tan atrayente cuanto sin dinero.
Esta historia fue para Federico, como para el pueblo, una delicia. La casa de su padre estaba en frente de la casa de las Alba. En cuanto el poeta llegaba era la atracción de Asquerosa, tanto para las hijas de Frasquita como para las demás, y nada le divertía tanto como ver, cuando pasaba, cómo casi imperceptiblemente se movían las ventanas y las recluidas miraban. También se divertía cantándoles vestido de pijama azul y sentado en el umbral acompañado por la guitarra:
¡Asómense a la ventana!
¡No miren por las rendijas!
Junto a la casa de las Alba vivía el tío García y el poeta comprobó que, desde un pozo seco que estaba en medio, se oía todo lo que pasaba en el patio de la viuda: las conversaciones, las riñas de las mujeres -madre, hijas y criadas- cuyo confinamiento atizaba los celos, los odios y los desprecios entre ellas. Federico bajaba al pozo y apuntaba lo que escuchaba.
Arrebatado por el tema, hasta tenía la intención de dejar a la viuda el nombre de Frasquita:
- Mi madre me ha suplicado que la llame de otro modo: "Si representan la obra ¡figúrate qué escándalo!"
Frasquita se llamará Bernarda, pero no pudo aceptar el sacrificio del apellido: ¡Alba sonaba tan bien!
Dará a la viuda una hija más y Pepe de la Romilla se convertirá en Pepe el Romano. De los personajes sin nombre de "Bodas de Sangre", la Novia, el Padre, la Madre, ha llegado hasta dar a los de Bernarda Alba algo así como una ficha de identidad.
Así surge -La Casa de Bernarda Alba-”
Marcelle Auclair.
Marcelle Auclair.